Por qué este blog

Por qué este blog

La televisión en colores es sin duda algo más divertido que ese método genético de reproducción tan arriesgado, y que adoptamos como nuestro. ¡Ah, que mundo hermoso!

Samuel Delany, La intersección de Einstein

domingo, 29 de mayo de 2011

VRMNAGRLSOFAFBYPMB


En el fondo, cuando Sokal y Bricmont escriben en la página 29 de su libro que: “...Lacan utiliza varias palabras claves de la teoría matemática de la compacidad, las mezcla arbitrariamente y sin preocuparse para nada de su significación. Su «definición» de la compacidad no es solamente falsa: está desprovista de sentido.”, uno no puede más que confirmar la justeza de su juicio. Efectivamente, en la transcripción de la que ellos han dispuesto, los términos de la teoría de la compacidad están arbitrariamente mezclados y lo que allí está dado como definición no corresponde a ninguna de las definiciones de esta noción.


-¿Dónde escondería el sabio una hoja?
-En el bosque.
-¿Dónde escondería el sabio un grano de arena?
-En la playa.
(Chesterton)

Siguiendo al Padre Brown:
-¿Dónde escondería el sabio su responsabilidad?
 -En la multitud.
Un grupo que se identifica como VRMNAGRLSOFAFBYPMB (que se abrevia VR) presenta una transcripción del Seminario XX, Encore, de Jacques Lacan acompañada por algunos comentarios.
Es difícil pensar que todas las firmas que se ocultan tras esa sigla interminable sean igualmente responsables de los comentarios irresponsables que salpican esa versión. En particular, quisiera saber a quién se debe la nota sobre los espacios compactos que encabeza estas líneas, un comentario desgraciado que alcanza, desde mi punto de vista, para declarar sin valor toda la obra.
Comienza por apoyarse en un texto deplorable, científicamente sin fundamento y éticamente repudiable: el de Sokal y Bricmon, según el cual Lacan y otros usan la matemática sin saber lo que dicen y que en particular señala las afirmaciones de Lacan sobre los espacios compactos como carentes de sentido. El texto citado, que está destinado a descalificar, sin ningún escrúpulo, a ciertos pensadores franceses mediante citas confusamente elegidas, fue en su momento suficientemente debatido como para que ningún psicoanalista pueda refugiarse en él. (Al final damos un resúmen del "affaire Sokal" para uso de los argentinos que pueden ignorar el asunto, ya que les llegó bastante desinflado. No es el caso de los psicoanalistas lacanianos franceses.)
Esto bastaría para abandonar el texto, pero por respeto a quienes leen el seminario XX , voy a hacer algunas aclaraciones.
En primer lugar, la fuente citada no ofrece ninguna confianza, además la afirmación de que Lacan no entiende la noción de compacidad, carece de fundamento. Una comparación nos ayudará a entender: cuando el doctor Alfonsín era Presidente de la Nación solía citar en sus discursos un fragmento del Preámbulo de la Constitución, a nadie se le ocurrió decir que ignoraba la totalidad del preámbulo ni que injertaba en su discurso frases sin sentido. Claro que para entenderlo era preciso haber leído el Preámbulo. Del mismo modo quien no tuviera en cuenta la referencia de Lacan, podría creer que éste dio definiciones equivocadas, como le debe haber ocurrido al ocasional consejero, que seguramente no entendía la diferencia entre el estilo de un tratado de matemática para graduados y el de un psicoanalista dictando su seminario. Y esto no depende de "la transcripción de la que ellos han dispuesto", las que VR propone les servirían a Sokal y Bricmon igualmente bien.
No es difícil reconocer la referencia de Lacan: es el libro 4 de los Elementos de matemática de Nicolas Bourbaki; enterados de esto, la perspectiva cambia. (Seguramente Lacan fue asesorado por un especialista, bien elegido. Los detalles pueden verse en: Carlos Ruiz, Infinito y abordaje de lo real, Acontecimiento número 6 )
En segundo lugar, se espera que un psicoanalista que inserta sus propios comentarios en una obra de Lacan, ubique el fragmento en su contexto y que dé cuenta de la continuación. Si se toma el pasaje de dos páginas, digamos, entre Aquiles y don Juan, se encuentran las razones de recurrir a los espacios compactos y las consecuencias que saca, que muestran que sabía de qué se trataba: de usar lo que le proveen los espacios compactos para dar cuenta de la topología del goce.
Los párrafos anteriores a la definición de compacidad, ilustran suficientemente por qué recurrir a la topología y se apoyan en las nociones de nomos y physis que desde los griegos son esenciales para discutir los fundamentos de la geometría y que en Lacan enmarcan su versión del goce como usufructo.
Cuando afirma la existencia de conjuntos "finitos pero no numerables" muestra bien para qué quería algo técnicamente tan avanzado: para marcar las consecuencias de aceptar una existencia no construible. Por supuesto, usar una expresión como "finitos pero no numerables" es exponerse a críticas del tipo de las que recopila Sokal, está pensada pour épater les bourgeois matemáticos que no entienden la diferencia entre lo que leyeron en sus libros y lo que Lacan dice.
Tal vez ocuparse de esto es inútil, esta versión del seminario XX estaba en el sitio de la École Lacanniènne de Psychanalyse de donde con buen criterio desapareció y sus notas sólo sobreviven en traducción castellana.


EL AFFAIRE SOKAL
Sokal, un oscuro doctor en física de la Universidad de Nueva York, escribió un texto delirante juntando la obra de Lacan con la teoría de la gravedad cuántica. Estamos acostumbrados a que los universitarios se dediquen a este tipo de divertimentos, sólo que en este caso no se trataba de diversión: Sokal envió el trabajo a una revista de estudios sociales sobre la ciencia, que decidió publicarlo. Luego, Sokal denunció en otra revista, que su trabajo era un fraude.
A partir de ahí, Sokal se convirtió en el emergente de un problema financiero planteado en los Estados Unidos por la insuficiencia de los fondos de investigación: los estudios sociales sobre la ciencia se llevan una buena parte de esos fondos cuando, en opinión de los físicos, mejor sería dedicarlos a la física. El método es conocido, descalificar a la otra parte: se afirmó que ese engaño demostraba que los que se ocupan de los estudios sociales sobre la ciencia son charlatanes que citan a autores franceses a los que no entienden. Enseguida hubo alineamientos que se plantearon no sólo desde el punto de vista de las ciencias sino también desde grupos de pertenencia al modo de las hinchadas de los equipos de futbol.
El asunto se trasladó a Francia, en donde Sokal, en colaboración con Bricmont, escribe Imposturas intelectuales (Barcelona, Paidós, 1999). En él se cambia levemente el objetivo, aquí no son los autores norteamericanos los que entienden mal a los franceses sino que son estos autores franceses los que no saben lo que dicen. El motivo principal es la división en grupos de opinión y de poder. Los autores tomados como blanco, que se agruparon sin otro motivo que haber sido citados en inglés, incluyen a Derrida, Deleuze, Lacan y a muchos de los que vagamente se identifican como estructuralistas, etc. La obra que firman Sokal y Bricmont es en realidad una recopilación a la que contribuyó cada uno que tuviera un agravio personal o teórico con alguno de los autores mencionados. Los fragmentos, anónimos, fueron publicados sin un mínimo de orden y sin investigar su pertinencia (aún no había blogs ni redes sociales). Se intentó usar este libro como un arma para descalificar a estos pensadores, muchos de lo cuales son nuestros referentes, por lo que es lícito decir que ésta es una publicación del enemigo. En particular, para los psicoanalístas lacanianos, está claro de qué lado estamos y es impensable que se busque en el libro de Sokal y Bricmont el aval para un comentario sobre Lacan y la matemática. (Véase un relato un poco más detallado en la carta de lectores de Carlos Ruiz en la revista Ñ , número 83).
En la Argentina sólo interesó, y por un momento, la referencia a Lacan; pronto el asunto fue olvidado. Una pequeña nota de Alberto Marticorena y Sergio Rousseaux en la revista de los libreros y luego mi participación en un par de paneles en la APA fueron prácticamente las únicas repercusiones que el asunto tuvo entre nosotros. Fue retomado con el propósito de promover el libro en que Bricmont le hace un reportaje Régis Debray, uno de sus criticados; parece que la promoción tuvo poco éxito. (Véase la nota  de Ivana Costa y Pablo Rodríguez en la revista Ñ número 81)
La referencia más importante es Impostures cientifiques%%%%%%%%%

LOS ESTUDIOS SOCIALES SOBRE LA CIENCIA
Los estudios sociales sobre la ciencia son poco conocidos en la Argentina (por lo menos en los ambientes que frecuentamos) y creo que sería estimulante para nuestra cultura general, que nos enteráramos. Uno de sus mayores exponentes es Bruno Latour, que fue blanco de Sokal sólo por haber nacido en Francia, ya que vivía en los Estados Unidos. Para una mínima introducción al tema recomiendo leer El científico también es un ser humano, de Pablo Kreimer, director del Instituto de Estudios sobre Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes.

Buenos Aires, 31 de julio de 2010.

3 comentarios:

  1. Impostures scientifiques. Les malentendus de l'affaire Sokal. Bajo dirección de Baudouin Jurdant. Èditions la découverte, 1998

    ResponderEliminar